¿Sabes si vives en piloto automático, sin tomar las riendas de tu vida, sin rumbo ni control? Si estás leyendo esto, probablemente tengas alguna sospecha. Debes saber que se puede vivir mejor que eso.
Se ha convertido en común que perdamos el rumbo hacia nuestra verdadera esencia, hacia lo que realmente somos y hacia lo que nos hace verdaderamente felices.
Nos dejamos llevar por asuntos inconclusos de nuestro pasado e inconscientemente traumas y errores gobiernan nuestro estilo de vida.
Muchos están acostumbrados a ello, y lo que es más grave aún: otros más ni siquiera lo notan. Andar por la vida en piloto automático tiene graves consecuencias, y hoy hablaremos de los 5 grandes riesgos que esto implica.
RIESGO 1: Acostumbrarnos a ser infelices, sin saber que se puede vivir mejor
La conformidad es una de las características más resaltantes del piloto automático.
“No estoy en donde quiero pero bueno, no estoy tan mal”, “Dentro de todo bien”, “He estado peor”…
Si has dicho algo parecido o te sientes identificado, entonces ALERTA.
Conformarte con lo que no te hace feliz ni te brinda bienestar va a llevarte a una vida llena de resentimientos y amargura. Esto aplica para todos los ámbitos de tu vida, recuerda que tus experiencias no están aisladas y lo que estés viviendo emocionalmente afectará tu vida profesional, y viceversa.
Al vivir en piloto automático, no te valoras como persona, no te permites ir por lo que verdaderamente quieres… si no cambias, terminarás siendo un conforme infeliz.
RIESGO 2: Autoengaño
Muchas veces, recurrir al autoengaño es la forma más fácil de evadir algo que no nos gusta de nuestra realidad. Es efectivo, pero engañarse a sí mismo es sumamente perjudicial y el segundo riesgo de andar por la vida sin rumbo ni orientación.
“No importa, estoy bien”, “Lo resolveré luego”, “Ya veré que hago”… Años, incluso décadas pueden pasar y eso que no nos gusta, que nos atormenta y aflige sólo irá empeorando, a menos que nos enfrentemos a la verdad y decidamos hacer algo al respecto.
El autoengaño te aleja de la felicidad, no hay peor mentira que la que te dices a ti mismo.
RIESGO 3: Mis heridas, heridas de todos
Aunque no queramos, cuando estamos mal es inevitable proyectar el malestar y las emociones que sentimos hacia quienes nos rodean.
Cuando no nos hacemos conscientes de ello, nuestras heridas terminan por ser las heridas de todos, ya que en piloto automático transmitimos el dolor y la frustración como armas que lastiman a otros.
Si estás en piloto automático, tus armas también. Muchas veces ni siquiera te darás cuenta de cuando lastimas a otros proyectando tus males, tus dolores y tus frustraciones.
Esto sólo quebrará aún más los lazos con las personas que valoras y te impedirá mantener relaciones sanas y estables. Incluso te llevará a rodearte de personas que te perjudican y solo ayudan a empeorar tu situación.
Aunque suene apocalíptico, es la realidad. Y todas estas heridas y caos emocional en la forma de relacionarte con los demás, pueden llevar al riesgo número 4: la soledad.
RIESGO 4: Soledad
Las relaciones, tanto personales como profesionales, requieren de atención, empatía, esfuerzo, inteligencia, reciprocidad, respeto… y un sin fin de cosas, que jamás vas a poder ofrecer si te encuentras en piloto automático.
Las relaciones deben alimentarse, sino eventualmente mueren.
Cuando comienzan los conflictos por carencia de “alimentación” en una relación, el piloto automático tiende a aislarse y rechazar cualquier solución a la situación, ya que invertir tiempo y esfuerzo en una solución implica despertar y tomar las riendas. Es decir, salir de la zona de confort y afrontar con valentía nuestros males.
Es cierto que, muchas veces las soluciones parecen aterradoras, pero no hacer nada para cambiar, es decir, quedarse en el piloto automático sólo conlleva a la soledad y a la tristeza.
RIESGO 5: Ciclo de malestar
Los 4 riesgos anteriores, terminan por formar un ciclo de malestar en la vida de quién se encuentra en piloto automático.
Es tan grave, que en vez de reconocerlo, la persona busca culpas y responsabilidades en el exterior, sin lograr echar un vistazo al interior.
Es tan automático, que la persona no se permite ver aquello que está mal, lo que no le permite sentir bienestar, las mentiras que se dice a sí mismo, las heridas, ni los motivos de su soledad.
Los días transcurren, la vida transcurre, pero como estás en piloto automático te quedas atrapado en ese ciclo.
¿Te sientes identificado? Puedes vivir mejor.
Debes estar atento a las señales, no permitas que tu vida esté en piloto automático, despierta, toma las riendas y no corras los riesgos. Despertar, enfrentar, y sobre todo, VIVIR MEJOR, vale el esfuerzo.
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